
Recomendaciones para tener una vida saludable.
La actividad física es un pilar fundamental para mantener una buena salud física y mental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los adultos deben realizar al menos 150 a 300 minutos de actividad física moderada o 75 a 150 minutos de actividad física vigorosa cada semana. Estas actividades deben alcanzar entre el 60% y el 80% del ritmo cardíaco máximo. Además, se recomienda incluir ejercicios de fortalecimiento muscular al menos dos veces por semana.
Según Regina Guthold, epidemióloga de la OMS, alcanzar esta cantidad mínima de ejercicio ofrece beneficios significativos, como la prevención de enfermedades y la mejora del bienestar general.
Recomendaciones de la OMS para evitar el sedentarismo
El sedentarismo, definido como actividades de bajo gasto energético (como estar sentado o recostado por largos periodos), tiene un impacto negativo en la salud. Para combatirlo, la OMS recomienda:
- Incluir actividad física en la rutina diaria: Caminar, andar en bicicleta o realizar tareas domésticas que impliquen movimiento.
- Hacer pausas activas: Interrumpir largos periodos de inactividad con breves pausas de movimiento. Investigadores, como Keith Diaz de la Universidad de Columbia, sugieren que caminatas de cinco minutos mejoran el azúcar en sangre, la presión arterial y los niveles de energía.
- Fomentar espacios accesibles para la actividad física: Infraestructuras como parques y ciclovías permiten que más personas realicen ejercicio de manera segura.
Asimismo, es fundamental reducir el tiempo frente a pantallas, especialmente en niños y adolescentes, quienes presentan los niveles más altos de inactividad física.

Beneficios de la actividad física
Realizar actividad física regular ofrece múltiples beneficios, entre ellos:
- Prevención de enfermedades no transmisibles (ENT): Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, cáncer y obesidad. Según la OMS, la falta de ejercicio aumenta entre un 20% y un 30% el riesgo de mortalidad.
- Mejora de la salud mental: Ayuda a reducir los síntomas de ansiedad y depresión, mejorando el estado de ánimo y la calidad del sueño.
- Fortalecimiento óseo y muscular: Los ejercicios de resistencia y fuerza mejoran la densidad ósea y previenen la atrofia muscular, especialmente en personas mayores.
- Incremento de la energía y el bienestar: Aumenta los niveles diarios de energía y mejora la calidad de vida.
La OMS subraya que incluso pequeñas cantidades de ejercicio son mejores que nada y que cada movimiento cuenta para mejorar la salud.